Con el objetivo de restaurar y readecuar en términos de accesibilidad el edificio, el encargo por parte de la “Fundación Amigos del Teatro San Martin” dio lugar a una obra de importante valor simbólico para el barrio de La Boca y toda la zona ribereña. Se restauró íntegramente su fachada, consolidando todos sus componentes de revestimiento tipo veneciano y revoques de piedra París. A vez, se restauraron la totalidad de las carpinterías, se instaló un ascensor hidráulico exento en la planta y se realizaron tareas de impermeabilización en azotea y medianeras. El cuidado de los murales de Quinquela Martin durante el proceso y la recuperación de la composición original del edificio en materia de materialidad y paleta, dio como resultado el renacimiento de un icono porteño.